
Ante eso debemos prepararnos, y que mejor que acudir a la clásica botica que tradicionalmente hace referencia sobre algún santo del evangelio, o a las actuales cadenas que dominan el mercado de los medicamentos farmacológicos.
Pero antes de ingerir algún compuesto no debemos dejar de conocer que producto(s) estamos consumiendo, pues dicho elemento puede desencadenar cualquier tipo de reacción que nos lleve a la desesperación.
Lo anterior, no sólo ante la típica gripe, sino ante todo vale estar al tanto sobre la propiedad de la combinación que poseen los medicamentos.
Esto nos lo entrega el portal de Vademécum que posee una base de datos donde podemos ingresar diversos datos que puedan orientarnos sobre las propiedades de ciertas sustancias.
Para esto sólo basta contar con datos como el nombre, principio activo, la patología o enfermedad que nos preocupa para saber que anteponer.
Con el objetivo de ilustrar el caso, daremos como ejemplo la famosa ‘’Aspirina’’, compuesto de ácido acetilsalicílico en dosis de 500 miligramos.
Además nos advierte sobre efectos colaterales que podrían provocarse por su consumo como dolor de estómago, dispepsia (dolor en la parte alta del abdomen), náuseas, y úlcera gástrica o duodenal.
Señala también que en personas hipersensibles puede provocar reacciones alérgicas variables, desde leves a graves, tales como rinitis (enfermedad que afecta a la mucosa nasal y produce estornudos, picor, obstrucción, secreciones nasales y en ocasiones falta de olfato), sinusitis, pólipos nasales, asma bronquial, etc.
Tan esquemático que entretiene analizar el botiquín de la casa para saber que ingieren nuestro seres queridos.